Para acompañar… Nina
Vuelves con tu multitud a cuestas,
yo vuelvo a mis velas y mis inciensos,
a mis versos interminables,
a mis ganas de saber a qué lado gira este planeta
y las manecillas del reloj.
Abro la casa a estos viejos amigos
fantasmas antiguos, legendarios,
que me abrazan cariñosos
como hermanos perdidos que vuelven
de una guerra olvidada,
trayéndose partes de ella en las alforjas
porque saben que esas batallas
desde ahora volverán a ser mías.
No hay odio en el silencio,
no hay fuego en la oscuridad,
no hay aromas de mujer en la ventolera agitada.
Y vuelves, vuelves, vuelves
con tu multitud silenciosa,
a este que nunca dejo de ser tu hogar.
Todo está tal cual lo has dejado,
solo ese baúl en el rincón es nuevo para ti,
no lo abras, abrázame fuerte,
que por fin, y a pesar de mi,
ya estás nuevamente aquí.
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0 Comentarios.De ellos me alimento.:
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