Hoy aprendí que hay versos
que se pierden por ahí,
debajo de las ganas,
entre los cojines desordenados,
después del Amor,
Por ahí quedan escondidos entre
mi pecho y tus pechos,
en ese abrazo de despedida
menos para mí.
Se esconden en tus ojos y
en tu risa, por eso mi mirada
con querer se queda ahí.
Y cuando tu no estás
y ellos no están soy yo
el que me pierdo.
Y me retuerzo de
tu ausencia, y camino
sin rumbo, y maldigo a cuanto
embajador del mundo que
quiera convencerme de que
no te necesito, que no te
puedo necesitar.
Y mis palabras sin puerto
se seguirán perdiendo,
porque no saben llegar a Ud.