Otro viaje que termina,
otra ciudad desconocida,
sabores tangenciales
quedan en la memoria perdida
del viajante que no termina de volver.
Extraña con fuerza,
se desvela y no se conforma
con entender que los espacios vacíos
están en todas partes.
Quiere cantar tranquilo
esas canciones que no salen,
quiere hacer chocar su sonrisa
con otra sonrisa.
Quiere caminar como camina,
siempre con las manos en los bolsillos.
Quiere querer tranquilo
quiere dormir abrazado a un abrazo.
Quiere que se le permita
al menos creer.
Se termina otro viaje,
maleta llena, corazón cansado.