sábado, mayo 29, 2010
A t o m o
(aunque no sea razón),
porque no,
(aunque tampoco sea razón),
porque es cómodo,
porque la mayor parte de las veces
no se que decir,
porque me equivoco,
porque lo intenté,
porque duele igual,
por el silencio,
porque me gusta
caminar en el frío,
por lo inexplicable,
por boicotear mi terapia,
por el homenaje a los amores imposibles,
por la pena de los posibles,
porque no me conformo
que el ocaso asesine la jornada,
porque soy un animal
y de costumbres,
porque me estoy quedando calvo,
porque es la mejor forma
de buscar la perfección y no encontrarla.
Por todas esas razones
y las que vendrán,
me declaro inconfundible
e irrevocablemente,
un átomo.
viernes, mayo 28, 2010
Esta tarde
El ocaso frío, el pecho tibio
la sonrisa infinita
que no choca con nada,
con nadie.
Flotar por las calles
sin decir nada.
Llorar,
por la chucha! llorar,
sólo llorar por los ojos
y reír por la boca.
Dejar el pudor
junto al paragua.
y salir a recorrer las calles
de una ciudad cualquiera
que te enamore.
Entrar en los bares
y derramarse
uno en la barra
y un trago en la garganta.
Permitirse todo
sin pensar en nada.
jueves, mayo 27, 2010
Solitarios
“There are things designed for sad and lonely ones
Remember blackbirds in spring were meant for you
For the lonely ones”
Lina Nyberg & Esbjörn Svensson
Waltz For The Lonely Ones
La ciudad en llamas desde mi ventana,
mi corazón sin ventanas, también en llamas,
mi cuerpo se ha dormido,
pero no las ganas.
Ya la poesía sólo me visita de vez en cuando,
cuando se acuerda de que fuimos amantes,
de que nos destrozamos la frente cada uno
ante una copa de vino,
ante un café frio, ante el recuerdo.
Las noches frías si vienen
tal cual han venido siempre.
Están más viejas, más cansadas,
ya ni siquiera logran hacerme llorar
entre cada trago.
No hay redención en el camino,
en las noches frías
se coquetea demasiadas veces con la soledad,
tanto que te quedas en ella a no esperar.
La imagen: Foto tomada por mi en un café del paseo 21 de Mayo en Valpo.
domingo, mayo 16, 2010
Último deseo
Aprender el arte de tocar,
de estremecer con un roce,
con el huracán suave de la respiración
en el cuello mismo de la última batalla,
entre la cabeza y el corazón.
Permitir que la lucha se ahogue
entre sus piernas rebeldes,
besar porque no hay alternativa,
y cerrar los ojos para que el calor
no reseque mis pupilas.
Lograr encender con mi cuerpo,
lo que mis versos no han podido.
Y hablar amor, apretar amor,
besar amor, eyacular amor.
Nada más pido.