Poemas propios

domingo, marzo 29, 2009

Amiga Navegante

A Maca y su viaje

 

Suerte en tu viaje,

deja que la velas se hinchen cuan grande es tu corazón,

que de tan grandes se verán desde todos los rincones del mundo,

desde otros mares vendrán a buscarte

para alegrar los puertos que tu barca

ya serena, acaricie.

 

Los que nos quedamos acá recordaremos

cuan rápido navegabas por estos mares cercanos,

sabremos que los que se van a veces vuelven,

pero que no hay que esperarlos porque duele.

 

Pero no te olvides,

porque las lecciones aprendidas en las noches

de navegar sin más que la luna llena

hoy te hacen grande, cada día mas grande.

miércoles, marzo 25, 2009

Eso nadie puede saberlo

 

Queridos y queridas amigos y amigas… ya saben no puedo evitar explorar por ahí y hace algunos días me andaba dando vueltas en la cabeza una pequeña historia, como siempre me dan vuelta esas historias.  Así que hoy la puse en un nuevo sitio, en el que voy a reencontrarme con la narrativa.  Espero les guste, y claro están todos invitados a leer esas historias breves en “eso nadie puede saberlo”.

 

http://esonadiepuedesaberlo.blogspot.com/

viernes, marzo 20, 2009

POETAS SOLOS

 

Cuanta poesía cae en un saco roto

que así y todo

medio se llena a veces,

y que a veces,

medio vacío recorre

las calles de las historias urbanas,

de las que nunca van de la mano

por no saber, no querer, no poder.


Se cansa la mano de los poetas solos

que escriben sin llegar

al orgasmo de la pasión,

al momento absoluto de explosar

los cristales incomprendidos

de esa catedral secreta.

Los  poetas solos

son alquimistas frustrados,

como son todos quienes

de carbón quieren hacer oro.

La receta de palabras más palabras

nunca ha llegado a buen fin,

pero así y todo,

seguimos revolviendo el caldero.

jueves, marzo 12, 2009

Montevideo II

 

Esta tarde El Plata enfureció,
y me trajo humedecido
por el viento iracundo,
escoltado por tus palmeras
y sus desprecios,
en esa rambla
convertida en rompeolas.


Me escondí en una fortaleza
de muros y almenas hechas de papel,
sin cal ni canto, mas si con palabras.
De alimento un whisky, y Murakami,
de compañía la Gioconda encargada.
Y entre mis solas sonrisas,
aquí escondido ensayo

un invierno lluvioso y  sin frio.


Y de tanto caminar por tus rincones
me terminaste conquistando, Montevideo,
con tus ventanas antiguas
y tus rellenos indiferentes al calendario.
Con tus librerías insomnes,
humilde siempre en tus pendientes.
También, tu gente bajo sus paraguas,
y tus nubes que se confunden con las mías.