Póker de ases, una pica para defenderse,
un trébol de cuatro hojas para regalar,
un diamante para el fin de mes,
y un corazón roto en la mano.
No hay quién pierda con ese juego,
pero apareciste en la partida
volcando tus cabellos tornasol
y tus pechos sobre la mesa.
Blufeaste hasta obligarme
a jugarme la vida, el reloj,
y hasta la boca.
Traías una carta escondida
entre tus piernas de loza,
una pegada en tu cuello eterno,
una que bailaba en tus caderas,
y otra debajo de la manga
que arranqué de tu cuerpo.
En el juego de canallas
no hay ganador querida,
tu te llevaste todo menos a mi,
me dejaste nada, salvo por ti.
2 Comentarios.De ellos me alimento.:
me gusta el juego de cartas
me recuerda a Sabina
era que no
Obviamente esto sale luego de una Sobredosis de Sabina... que buen oido tienes mujer.
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