Mi espalda me dijo:
“recuerda que yo debo sostener
ese corazón cansado”.
No me quiero esconder de ti,
me quiero esconder de la noche,
que no perdona a los ilusos que caminan,
pensando encontrar en la oscuridad
lo que en el día no aparece.
Lo que es, es,
y lo que no, es sueño.
Y haré una guarida imaginaria
sin puertas, rodeada con murallas
hechas de versos que mal huelan a tristeza,
para que no se acerque nadie por tierra.
y lo rodearé de una zanja
donde naden silencios asesinos
para detener a quién quiera
entrometerse por los subterfugios del recuerdo.
Ahí y solo entonces, en mi escondite,
recostado miraré el cielo, esperándo tu llegada .
4 Comentarios.De ellos me alimento.:
Este poema es redondo , perfecto y lleno de lugares poco comunes .Buenísimo!!!gracias ; lo disfruté.
Fernando
Muchas gracias por tus palabras Fernando. Como alimentan para seguír escribiendo.
lo volví a leer y me gustó más que la primera vez...
lo volví a leer y me gustó aún más..
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