Me condeno a ser revolución
que hace todo y nada,
que extrema sentidos
que tiembla como tiemblan las horas
antes de tu llegada.
Me condeno a ser agua,
que cae, te recorre, y se mezcla,
con el sudor de nuestras noches,
con el sabor de nuestras mañanas.
Me condeno a ser palabra
que surca espacios infinitos
para llegar aún con aliento hasta tu alma,
y decirte que los días pasan
Me condeno a ser luz
en las noches aquellas que recuerdes
cuando fuimos lo que fuimos
manos, brazos, sudores
almohadas, besos eternos
invasiones en tu cama.
brío que envuelve tu cintura
explosión de fuego en tu vientre
y brazos que yacen,
muertos por el placer
de cuanto se amaba.
Me condeno a ser recuerdo,
para conversar con el tuyo,
de que me recuerde alguna vez,
sonría y no diga nada.
Me condeno siempre a ti
mujer de mis mañanas…(*)
(*) La mujer de las mañanas es esa que aparece siempre
en el momento preciso, un segundo antes de abrir los ojos cada día
que despierta contigo aunque duerma en otro lado, en otra cama.
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La imagen: “Soñando en tierras de Dalí” (óleo sobre lienzo, 90 x 73 cm.) en http://oleoslucasraspall.com.ar/otras-pinturas/
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3 Comentarios.De ellos me alimento.:
cada verso tuyo me sorprende y me encanta mas, esta muyy bello...
Dulce condena,ese despertar no tiene precio.
Bella composición.
Un saludo
Me embriagan tus palabras cuando fluyen desde la intimidad del alma.
Te condeno a mi abrazo ad aeternum :)
M.
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