Poemas propios

sábado, enero 22, 2011

La Palabra

 

 

Irrenunciable debe ser la pasión, no importa

el cómo y el dónde se establecen las treguas humanas,

ante la belleza de dos personas que se aman.

 

Cómo se ha desenfundado la palabra,

en todos sus tiempos y conjugaciones

para derribar corazones rebeldes.

 

Ha perdido el filo, tan mellada está

que sólo logra cambiar el sentido primigenio

de lo que deberían ser estos versos.

 

Malditos los poetas, los que la han cantado,

los que al borde del abuso deshonesto,

han practicado el disparar a discreción con ella.

 

Entonces hoy, cómo demonios se dice

esta realidad tempestuosa y tibia que se queda dentro,

estas ganas de derretirme al lado de un alguien y no otra,

esto que quería salir como versos y se convirtió en silencio.

 

Tan sucia la han dejado que ya no es bien recibida,

por miedo a contagiarse, de liviandad, de banalidad,

también de ella, por miedo a ella, por el peor de los miedos.

 

Y si es  tan así,  por qué en medio de toda esta rudeza

y esta convicción, escribo versos,

apoyando mi espalda en el secreto de saber,

que moriría por encontrarla en mi buzón.

 

 

 

 

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1 Comentarios.De ellos me alimento.:

MaLena Ezcurra dijo...

La palabra nos rescata, nos hace únicos, nos ayuda a soñar, a enamorarnos.


Me gusta tanto tu poesía que te linkearía mil veces. :)


Va beso en domingo.



M.