Los pasos, uno a uno se van convirtiendo
en el camino que ya aprendí,
píes descalzos, rodillas sangrantes,
pero sin dolor,
la pena ha quedado en la última curva.
He estado varado en los cuerpos,
he caminado por las espaldas,
he devorado labios rojos,
he invadido pechos, vacios y llenos.
Aprendí a estar desnudo,
a lamer mis propias heridas,
a sonreír a las infinidades
de no entender.
Dos almas he parido,
dos almas me han parido,
entre almas he buscado
el sendero que sólo me lleve
bajo un árbol callado.
Tengo en el balcón
cien pares de alas colgadas,
esperando.
0 Comentarios.De ellos me alimento.:
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