Quién diría que las estrellas se entristecen
de vez en cuando, de cuando en vez.
Quién diría alguna vez,
que un par de ojos vagabundos
de coral, de piedra, de cartón
caminarían entumecidos por ese balcón,
errantes de razones para no llorar.
Pintaré un nuevo firmamento
con lo que me ha quedado
de pinceles entumecidos,
entre mis dedos que se han fugado,
por no saber escribir más que pasiones olvidadas
entre los cajones del soñar.
Incendiaré un millón de caricias
antes de encontrar la que no fue,
aprenderé a volar sin brisa ni ventarrón,
aprenderé a elevar el pensamiento
sin la necesidad de soportarlo
en tu espalda,
que es lo que me queda
luego de tantos días de esperar.
Y rebalsaré poesía desde mis hombros
por mi pecho y por mi sexo
se derramará cobarde,
por sufrir una vez más el vértigo
que enfría mis paisajes añosos,
anacrónicos por siempre,
cabrones por soledad.
No llores alma mía,
no quieras cobrar el pasaje
de este viaje que no termina
porque no puede,
porque no comenzó.
2 Comentarios.De ellos me alimento.:
...alma errante de querer y no poder, de esperar lo que no se tiene y de siempre soñar a jugar con la luna a cazar estrellas...Dificil dejar de leerte y espero que algun dia tus pasajes tengan destino.
Un viaje introspectivo que siempre está pendiente.
Me gustó.
Besos
Publicar un comentario