Poemas propios

jueves, mayo 28, 2009

Se derrumban mis brazos.

 

Se me derrumban los huesos

mientras te alejas,

el hombre que era ya no es,

porque era tu compañía

quien lo mantenía a veces

de una pieza.

Me quedo de ojos cerrados

por miedo a despertar y que sea cierto.

 

Ya no escribo porque pierde el sentido,

si no es tu tinta la que alimenta esta pluma.

Y se respira menos porque el aire que entra

lo hace sin tu aroma, y sale con mi pena.

 

Mis manos son como lijas, porque ya no acarician,

tu cuerpo lleno de calma mientras duermes.

Y mis ojos son de arena en noches eternas

de reinventar una y mil veces esa historia

no contada.

 

Y pasó rápido

como pasan todas las cosas buenas de la vida.

Y te fuiste sin avisar,

tal como llegaste, montada en el tiempo

que volaba cada día entre nosotros.

 

Yo me quedo con la maleta llena

de versos por ordenar,

y hay que rehacerlos todos,

cambiarles el tiempo,

teñirlos de recuerdo,

cambiar el querer por nostalgia,

intoxicarse del pudo ser,

atrapar la soledad,

antes de que ella me atrape.

 

Hoy con dolor se comienza a parir

nuestro olvido.

2 Comentarios.De ellos me alimento.:

Maria Coca dijo...

La ausencia es fatal...

Buen poema, plagado de sensaciones y dolor de amor.

Besoss

Gabriela dijo...

Palabras llenas de dolor...

Ya sabemos esa maldita ley de la vida: "todo lo que nace debe morir..."

Un abrazo.