Se me derrumban los huesos
mientras te alejas,
el hombre que era ya no es,
porque era tu compañía
quien lo mantenía a veces
de una pieza.
Me quedo de ojos cerrados
por miedo a despertar y que sea cierto.
Ya no escribo porque pierde el sentido,
si no es tu tinta la que alimenta esta pluma.
Y se respira menos porque el aire que entra
lo hace sin tu aroma, y sale con mi pena.
Mis manos son como lijas, porque ya no acarician,
tu cuerpo lleno de calma mientras duermes.
Y mis ojos son de arena en noches eternas
de reinventar una y mil veces esa historia
no contada.
Y pasó rápido
como pasan todas las cosas buenas de la vida.
Y te fuiste sin avisar,
tal como llegaste, montada en el tiempo
que volaba cada día entre nosotros.
Yo me quedo con la maleta llena
de versos por ordenar,
y hay que rehacerlos todos,
cambiarles el tiempo,
teñirlos de recuerdo,
cambiar el querer por nostalgia,
intoxicarse del pudo ser,
atrapar la soledad,
antes de que ella me atrape.
Hoy con dolor se comienza a parir
nuestro olvido.
2 Comentarios.De ellos me alimento.:
La ausencia es fatal...
Buen poema, plagado de sensaciones y dolor de amor.
Besoss
Palabras llenas de dolor...
Ya sabemos esa maldita ley de la vida: "todo lo que nace debe morir..."
Un abrazo.
Publicar un comentario