Vamos hombre,
siéntate al frente, pide un café
que yo ya tengo el mío.
Siéntate al frente y cuéntame
como si no supiera que transita
por esa quebradumbre de cabeza
que tienes, por ese corazón.
¿Algo sobre la mesa? nada es necesario,
sólo hablemos de nuestro futuro,
dime como viste nuestro pasado.
Suelta un par de secretos, de esos
que ni yo conozco,
que no me atrevo a conocer.
Hablemos como los amigos que no somos,
encontremos la entrada a esa vieja cantera
que se tambalea siempre sobre tus hombros.
Maldigamos a los amores que no son,
a los que no fueron,
a los que les faltarán cojones para ser.
Y bendigamos…
… a que no te atreves,
como yo no me atrevo.
Vamos, que no has dicho nada,
y la gente ya me está mirando raro
hablándote de este lado del cristal.
3 Comentarios.De ellos me alimento.:
A veces es tan silencioso el espejo...
debe ser porque como dice Redolés, no hay aire tras los espejos
un tremendo abrazo
A veces desnudar el alma es el ejercicio más doloroso del mundo. En otras ocasiones, lo más natural.
Me encantó.
Lo peor de todo es cuando el hombre que vemos frente a nosotros nos habla y no lo escuchamos...( no nos gusta lo que dice)
Más aún cuando lo que vemos no nos gusta por que recordamos los engaños, el maquillaje del corazón, palbras rotas dichas al viento, y en este maquillaje salimos a conquistar... la vida que cremos que será mejor, con nuevas personas que si se miran al espejo...
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