Poemas propios

sábado, diciembre 27, 2008

Hacer dormir.

 

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Hacer dormir a un hijo,

es querer a veces ver nacer

nuevos sueños,

ahuyentar pesadillas,

componer nuevas y bellas fantasías.

 

Es un reto convencerlos

de que el día tan bello

que han visto se ha terminado,

¿es posible que mañana sea mejor?

parecen decir sus ojos.

 

En esos años el día comienza

entre fuegos artificiales,

en ausencia de preocupaciones baratas.

Que importa nada,

importa que ha amanecido.

 

Y amanecemos con la almohada

encajada en nuestra cabeza,

y el desayuno

no es más que la confirmación

de que nos amamos locamente,

incluso sin palabras.

 

Y con ellos es la felicidad

la que nos abraza a cada segundo,

con ellos no se puede

más que agradecer que otro día

viene en camino a decirnos

que ellos han nacido, que ahí están...

 

shhhhh, que es hora,

que los sueños no esperan,

que mañana amanecerá soleado,

aunque nubes,

sus ojos abrirán el cielo.

lunes, diciembre 22, 2008

Pescador

 

Así hay días en que la belleza parece estar escondida

de los infames ojos que no quieren verla,

y son los míos aquellos que se pierden en el horizonte

buscando su ser infinito, que se oculta

en sus propias y plurales formas.

Hoy sólo seré un pescador,

quiero traer a mi lado a la belleza,

mi carnada serán palabras, versos,

la línea será un hilo de esperanza,

en la arena me sentaré (con los ojos cerrados)

a esperar paciente a que muerda

y salte del mar a mis manos.

Se sentará otra vez en mi vientre

y su aroma inconfundible iluminará

otra vez mis sentidos, sin temor,

apoyará su cabeza en mi pecho

y dormiremos tranquilos,

porque mañana será otro día,

otro, ya sin razones para esconderse.

lunes, diciembre 15, 2008

C L A U S U R A D O

clausurado 

Ya no escribo ni escribiré,

es que con la explosión en mi pecho

hasta la pluma del bolsillo se me ha quebrado.

 

Hay penas que matan, esta es una de esas

y justo pilló al poeta al frente,

y le dio su mejor tiro en la frente,

dejando al burócrata de siempre

vivito y coleando.

 

Y se agradece tanto a todos los que por aquí

pasaban leyendo... pero no se puede...

Y la deshonra de la derrota

no me logra interesar.

 

No quiero nada, no puedo nada

nadando en esta pena que no me deja.

Las señales no llegan y no llegarán,

así yo muero a cada segundo

enfermo del cáncer

de las esperanzas ciegas.

 

Nada mas, me rindo en este instante

Me voy por un tiempo

que quizás sea un segundo,

o dure para siempre...